Origen
Familia e inicios en la política
Primer retrato de Justo José de Urquiza; lo muestra en su juventud, cuando militaba en las milicias de Concepción del Uruguay. El original fue encontrado en la estancia
San Pedro de Entre Ríos, propiedad de miembros de la familia Campos Urquiza.
Su padre, Joseph Narciso de Urquiza y Álzaga, era un colono español que se unió en matrimonio con la infanzona María Cándida Ramón-García y Monzón de origen luso-hispano-argentino, siendo esta una descendiente de los portugueses Inés Nunes Cabral de Melo y de Gil Gonçalves de Moura.[n. 1]
Ambos progenitores se radicaron en la intendencia de Buenos Aires, en la actual provincia de Entre Ríos, dedicándose a la actividad rural y a la función pública. Luego de la Revolución de Mayo, en 1810, emigraron a la Banda Oriental para seguir siendo fieles al Reino de España.
Regresaron en 1812, y cinco años más tarde Justo José fue enviado al Colegio de San Carlos en Buenos Aires.
En 1819 se instaló en la pujante villa Arroyo de La China, actual Concepción del Uruguay, dedicándose a la actividad rural y comercial, para la cual demostró una enorme capacidad. Su hermano mayor, Cipriano de Urquiza, fue secretario y luego ministro del primer gran caudillo entrerriano, Francisco Ramírez.
En 1820 tuvo su primera hija extramatrimonial; más tarde tendría muchos más hijos ilegítimos. Una ley sancionada durante su presidencia legalizaría varios de ellos. Le fueron legalmente reconocidos 23 hijos por la Ley Federal N.º 41 en donde ponía en un pie de igualdad a los 11 hijos legítimos con los extramatrimoniales que tuvo de soltero (hay versiones que señalan que tuvo entre 105 y 114 hijos en toda su vida).
En la década de 1820, contando ya con una fortuna que lo respaldaba, se interesó en la política en un período especialmente turbulento en la historia de Entre Ríos. Como muchos jóvenes del interior, su partido era el Federal.
En 1826 fue electo por los vecinos de Concepción del Uruguay para representarlos como diputado en el congreso provincial. Dirigió la oposición a la Constitución Argentina de 1826, que fue rechazada por su provincia.
Inicio de su carrera militar
Desde 1828 en adelante fue comandante militar y civil de Concepción del Uruguay. Dos años más tarde apoyó la invasión a su provincia del general unitario Juan Lavalle y de Ricardo López Jordán (padre). Tras el fracaso de esa invasión, apoyó otra en 1831 que, al fracasar también, lo obligó a refugiarse en Santa Fe, bajo la protección del caudillo Estanislao López.
Al año siguiente acompañó a Pascual Echagüe en la campaña militar que llevaría a este a la gobernación de Entre Ríos. Bajo su gobierno, Entre Ríos conoció un período de paz, reforzado por la influencia pacificadora del gobernador porteño Juan Manuel de Rosas. A partir de 1835, este gobernó como un dictador electo por el voto popular de su provincia. Extendió su dominio sobre las demás provincias, ejerciendo de hecho un poder central que no le correspondía de derecho.[n. 2] Echagüe hizo un gobierno progresista y se ahorró problemas apoyando a Rosas en su oposición a la sanción de una constitución nacional.
Urquiza fue nombrado comandante de toda la costa del río Uruguay, con el grado de coronel. Durante esa década se convirtió en uno de los hacendados y comerciantes más ricos del país y extendió una poderosa red de clientelismo económico, que le serviría más tarde de apoyo político.
La guerra civil
Entre Ríos era un territorio que ocupaba una posición estratégica, ya que estaba cerca de Buenos Aires, de la conflictiva Banda Oriental, del Imperio del Brasil y de la provincia de Corrientes. En su territorio se dieron grandes batallas.
A mediados de 1838, la tranquilidad de la provincia se vio amenazada por la sublevación de Fructuoso Rivera, que derrocó al presidente uruguayo Manuel Oribe. También ese año murió Estanislao López, y Echagüe forzó la ubicación en la gobernación santafesina de su hermano Juan Pablo López.
La primera provincia en rebelarse militarmente contra Rosas fue Corrientes. Su gobernador, Genaro Berón de Astrada retiró la delegación de las relaciones exteriores a Rosas y le declaró la guerra, como así también a Echagüe. Berón tuvo que enfrentar con sus solas fuerzas el ataque que le lanzó Echagüe, uno de cuyos jefes de división era Urquiza.
Los ejércitos se encontraron en la batalla de Pago Largo, cerca de Curuzú Cuatiá, el 31 de marzo de 1839. Fue una completa victoria de los federales, en la que Urquiza tuvo una actuación destacada, y Berón resultó muerto en la persecución que siguió a la batalla. Después de la misma, centenares de prisioneros fueron ejecutados; en general, los correntinos acusaron a Urquiza por esos crímenes.[n. 3]
Después de colocar un gobernador federal en Corrientes, Echagüe pasó con su ejército a Uruguay. Rivera lo derrotó en la batalla de Cagancha, el 29 de diciembre, en la que la indecisión del general Lavalleja fue más importante que la brillante actuación de Urquiza. Desde ese momento, las relaciones de Urquiza con Echagüe fueron muy malas.
En su ausencia, Lavalle había invadido la provincia, pasando a continuación a Corrientes. Allí reunió un nuevo ejército, con el que a mediados de 1840 invadió Entre Ríos. Mientras Urquiza controlaba la costa del Uruguay, Echagüe lo enfrentó en dos batallas indecisas. Urquiza derrotó a uno de los coroneles unitarios en Arroyo del Animal, cerca de Gualeguay. Poco después, Lavalle pasaba hacia la provincia de Buenos Aires; allí intentaría ocupar la capital, pero sería derrotado sin lucha e iniciaría una marcha hacia el norte, encontrando la derrota en Tucumán y la muerte en Jujuy.
Algunos meses después, Echagüe invadió Corrientes, dejando a Urquiza protegiendo sus espaldas. El nuevo comandante de Corrientes era José María Paz que derrotó fácilmente a Echagüe en la batalla de Caaguazú, el 28 de noviembre de 1841.